Consejos para la limpieza de tu ropa de cama

A la hora de conseguir un buen descanso personal, nuestra cama es la principal fuente de descanso.

Por esto, la higiene de la ropa de hogar es una pieza fundamental para poder relajarse y cargar las pilas.

A continuación, os mostramos unos sencillos trucos para conservar perfectamente nuestra ropa de cama.

La higiene de tu ropa de hogar es importante

La ropa de cama está durante muchas horas en contacto directo con nuestro cuerpo, por lo que contar con una buena higiene es imprescindible. Además, a la vez que cuidamos estos productos, incrementamos su durabilidad para disfrutarlos durante mucho tiempo.

Sábanas

Las sábanas son la ropa de hogar más en contacto con nuestro cuerpo, y es muy importante conservarlas limpias y frescas.

Es muy importante lavarlas cada 15 días como mínimo, evitando así el contacto con ácaros o bacterias.

Para su limpieza, con agua caliente o templada, conseguiremos eliminar bacterias, etc.

Para el secado, puedes utilizar la secadora si cuentas con ella, o al aire libre, el sol eliminará las bacterias y dejará nuestro juego de sábanas impoluto.

Fundas nórdicas

Las fundas nórdicas, son una de las prendas mas utilizadas en los hogares, por lo que una limpieza correcta es muy importante.

Si la funda nórdica es muy colorida, para conservar sus colores como el primer día, es importante lavar únicamente la funda sin mezclarla con otros colores.

Para su secado, se puede utilizar la secadora, pero lo recomendable es un secado al aire libre, conservando los colores intactos como el primer día.

Edredones y colchas

Como el resto de la ropa de cama, lo más óptimo para la limpieza de nuestro edredón o colcha, es hacerlo individualmente.

La temperatura debe ser templada y con ciclos cortos, evitando así que pierda el color y su suavidad.

Para el secado, como dijimos anteriormente, al aire libre siempre es lo que mejor vendrá para nuestro edredón o colcha.

Guardar nuestra ropa de cama

Por último, una vez lavado y secado lo importante es buscar un lugar seco, sin humedad y donde no haya polvo. Si no contamos con un lugar así, siempre se puede optar por una bolsa de plástico envasada al vacío.

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