Hay una etapa, en la infancia, de los 0 a los 5 años en los que los niños pueden sufrir épocas de malcomer. Es un fenómeno que preocupa mucho a los padres porque ven a sus hijos muy activos y en plena etapa de crecimiento y no pueden evitar temerse lo peor. Además, como es normal, es una actitud que genera mucha rabia. El niño no solo no come, sino que escupe la comida, la tira y mancha toda su ropa.
A grandes rasgos, esto se solucionaría haciendo que el niño tome hábito. Si comemos a la misma hora que él, nos cogerá como referencia y la comida será un momento más agradable y sociable. Es más fácil de lo que parece. Tenemos que lograr que el niño interiorice el hábito del comer y para ello, lo mejor es seguir una serie de fases que los psicólogos como Montserrat Domènech recomiendan. Hoy 10xdiez te presenta este método:
Empezamos con un tiempo de 3 minutos. En estos tres minutos sacamos el plato de comida y con una actitud relajada y positiva sentamos al niño en la silla, le decimos lo riquísima que está la comida y le ayudamos con la cucharilla o el tenedor. Durante tres minutos, aunque a la par vayamos comiendo con él. Si el niño decide no comer, no pasa nada. Le tenemos que hacer ver que no nos importa que no coma. Quitamos el plato y lo guardamos. Acto seguido nos dedicamos durante otros tres minutos a nuestros “quehaceres”, aunque en realidad estemos preocupados.
Cuando pase ese tiempo volveremos a intentarlo, pero esta vez por un periodo de 4 minutos. Si vemos que el niño sigue sin querer comer volvemos a hacer lo mismo y por un periodo de 4 minutos volvemos a nuestros “quehaceres”. Y repetimos la historia de nuevo con un periodo de 5 minutos. Aunque estemos tensos porque el niño tenga que comer, nosotros lo ignoraremos. No pasa nada, de verdad. Este es el último intento. Si vemos que el niño no ha comido, haciéndole ver que este hecho no nos importa, entonces trataremos de crear hambre. No podremos darle nada de comer hasta la merienda, porque si le damos algo de picar, estamos perdidos y todas estas fases no habrán tenido sentido. No pasa nada porque el niño se salte algunas comidas, el cuerpo humano está pensado para sobrevivir en situaciones de ayuno durante unos días, no obstante estamos seguros de que ingerirá el alimento suficiente. Tu hijo se va a dormir durante 10 horas y en ese periodo no ingiere nada y sigue estando bien. Si partimos de esa base, entenderemos mejor todo este proceso.
Recuerda que, si pierdes los nervios, los niños se darán cuenta de que el hecho de no comer llama nuestra atención, es por ello que debemos mantenernos seguros y confiados. Y si el niño se sigue manchando, la solución es un buen babero. Incluso en el momento en el que coma correctamente, este podría seguir manchándose por su coordinación.