Aprende a crear tus propios portavelas para darle la bienvenida al otoño

Ahora que ha llegado el otoño y los primeros días de lluvia, ya no nos apetece tanto salir de casa, y qué mejor momento pues, para redecorar nuestro hogar y darle un toque más acogedor y de acuerdo con los tonos de esta estación. El otoño es una estación de colores que nos inspiran calidez, sobretodo porque están muy ligados a la naturaleza. Y es por eso que, desde nuestra sección de DIY, te damos un par de ideas sobre cómo darle este toque a tu hogar de una manera muy sencilla.

Se trata de crear un centro de mesa con velas, ya sean aromáticas o neutras, adornadas con elementos naturales propios de esta estación, como por ejemplo ramitas, hojas caídas de los árboles o incluso con troncos de canela (que además aportarán un aroma diferente).

El proceso es muy sencillo. Si decidimos que nuestras velas van a estar decoradas con ramitas o algo semejante lo único que tenemos que hacer es: coger nuestras velas (que sean de tamaño mediano o grande, no las que se usan normalmente en cualquier portavelas) y recortar a la altura de la mecha las ramas que hayamos escogido, aunque tampoco nos tenemos que preocupar si quedan un poco desigual, ya que eso ya va al gusto de cada uno. Al final la vela debe quedar recubierta por todos los costados. Y os preguntaréis, ¿cómo conseguimos que las ramas se queden sujetas a la vela de forma vertical? Muy fácil, primero las sujetamos con una goma elástica y luego la cubrimos con hilo de arpillera para que quede más auténtico y cuidado.

Sin embargo, si nuestra idea es utilizar hojas caídas de los árboles lo único que debemos hacer es pegarlas con cola blanca a la vela y esperar a que se seque.

Además de la decoración de las velas que hemos creado, también podemos añadirle un par de cosas más. Por ejemplo, podemos coger un plato de cerámica blanca que tengamos y, con nuestras velas encima, colocar alrededor otros elementos como piñas u hojas secas.

Como veis, no es un proceso para nada complicado y muy efectivo.  Así que, ¡manos a la obra!