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Si te gustan las sesiones cinéfilas estás tardando ya en hacerte con un proyector para ver tus películas favoritas. Una vez que lo tengas, puedes proyectar el filme en la pared mientras descansas en el sofá de tu casa o en tu cama, pero también existen otras opciones.
Por ejemplo, si es que has colgado tus sábanas blancas a secar en el tendal del jardín o del terrado ¿por qué no la aprovechas como pantalla de cine? Las sábanas son muy recurridas como superficie de proyección. Otra opción es comprar una tabla lisa y pintarla absolutamente de blanco. Será más rígida y te servirá como pantalla siempre que quieras.
De esta forma ya tendrás todo lo necesario para montarte tu propia sala de cine. Una vez que hayas preparado todo el material técnico –proyector, pantalla y altavoces– y tengas la película preparada para proyectar, es hora de ponerse cómodo.
Fuente: Pisos.com
Si has decidido hacer el pase de la película en el interior de tu casa, recuerda proteger bien tu sofá con una funda, ya sabemos que después acabarás encontrando palomitas en los rincones más profundos de tu sillón una semana más tarde. Por otro lado, si eres de los que tienen un espacio a cielo abierto que aprovechar en los días de sol, no te lo pienses dos veces. Una noche de primavera con proyección al aire libre es uno de los mejores planes que se te puedan pasar por la cabeza.
Para que todo sea perfecto, has de acondicionar el espacio para estar más cómoda. Para esto puedes juntar un par de palés y acolchar bien el espacio, llenándolo incluso de cojines para apoyar la espalda si quieres, de esta manera construirás un rincón perfecto. Si esto te da mucho trabajo, unas sillas cómodas pueden cumplir una función similar.
Ahora ya solo falta dos cosas más: las palomitas y ¡darle al play!