Hoy en día podemos decidir entre luces cálidas, frías, de ambiente, focos, leds o las lámparas de toda la vida. El problema es, ¿sabemos situarlas en el lugar perfecto de nuestro hogar? Hoy en 10xDiez te traemos algunas pautas para que puedas conseguir la luz adecuada en cada una de las estancias de tu casa.
La luz nos ayuda a transmitir sensaciones dentro del hogar, tiene carácter y personalidad propia. Por eso se identifican los sitios oscuros como tétricos y nos sentimos cómodos en lugares con el nivel de luz adecuado. Podríamos decir, sin lugar a dudas, que la luz juega un papel fundamental en nuestra vida y en nuestro día a día.
Es importante identificar qué tipo de luz quieres para cada ambiente
Debes tener presente que, según la estancia que quieras iluminar, es necesario un tipo de luz u otra. Utilizamos las estancias para funciones distintas, por lo que tiene lógica pensar que la iluminación sea distinta. En la sala de estar, por ejemplo, buscamos un tipo de luz que ayude a desconectar y nos transmita una sensación acogedora que nos acompañe a conversar con nuestra familia o relajarnos leyendo un libro en el sofá.
Por el contrario, en la cocina se recomiendan luces blancas de tipo fluorescente, que iluminen todos nuestros platos y nos permitan trabajar cómodamente en nuestras recetas. Este tipo de luz no molesta ni cansa la vista y, además, ayuda a darle un aspecto más limpio y diáfano a la estancia.
En el dormitorio la iluminación es un poco más difícil porque se necesita una luz funcional con la que dar luz a toda la estancia. Pero además, en muchas ocasiones es necesario crear ambientes más íntimos con lámparas de mesitas de noche o de escritorio.
En definitiva, para separar los ambientes es importante conocer qué tipo de luz da cada soporte y, sobre todo, qué función va a tener en cada estancia. De esta forma, conseguirás encontrar el equilibrio entre las luces funcionales y las decorativas.