En esta época estival en la que los días son tan largos y calurosos, llegar a nuestra casa tras un día agotador no debe de dejar de ofrecernos el confort que necesitamos.
Pero claro, ya no necesitamos mantas, prender la chimenea y todas esas cosas que clásicamente dan calor a nuestro hogar en épocas de frío.
En estos días de calor el confort lo encontramos en la frescura, sencillez, austeridad pero sin renunciar a sentirnos en esa necesaria sensación de hogar.
Para ello debemos reconvertir los elementos de nuestro hogar adaptándolos a estos meses de altas temperaturas y, si hay algo que por sí sólo representa la comodidad es, sin duda, el sofá.
Vistiendo a nuestro sofá
El sofá es el elemento de confort por excelencia en la mayoría de hogares. En él pasamos horas tumbados realizando todo tipo de tareas pero por lo general es nuestro mejor aliado a la hora de relajarnos y dedicar nuestro rato a actividades como ver la televisión.
En verano solemos estar más relajados y, por el calor, tendemos a tener menos energía y a dedicar más tiempo en el hogar al descanso tumbados en el sofá.
Este hecho hace que nuestro sofá esté más expuesto que nunca a manchas producidas por el uso diario. Además, si tenemos niños en casa, aún será más difícil evitar que nuestro sofá reciba manchas de barro o de alimentos como frutas o helados.
Por todo esto, es imprescindible incorporar una funda de sofá.