La vuelta al trabajo (y al cole) supone un caos para la inmensa mayoría. Las vacaciones, (sobre todo, las de verano) traen consigo el tapeo, despertarse tarde y dormirse también tarde, comida basura… Un descontrol que, desde luego, no puede ser bueno para nuestro sistema digestivo. Así, volver a la rutina con un menú semanal y horario de comidas puede resultarnos de gran utilidad.
Trucos para hacer un menú semanal
No solo decidir qué comeremos en casa es importante. A pesar de que la comidasaludable y equilibrada es crucial, la disposición del horario en sí mismo es muy importante.
1. Utilizar colores vivos y un menú dinámico (sobre todo, si tenemos niños) con imágenes de las comidas. Puede parecer algo secundario, pero un buen horario nos animará mucho más a seguirlo escrupulosamente.
2. Colgarlo en la nevera o despensa. Esto es importante, ya que, cuando nos pongamos a cocinar, será lo primero que veremos y lo tendremos mucho más en cuenta.
3. Intentar ser específicos. Si a la hora de merendar ponemos «lácteos» o «cereales», podremos interpretarlo de muchas formas diferentes, por lo que seguiremos sin llevar un menú saludable. Hablemos de platos concretos, como pueden ser lentejas o salmón a la plancha.
4. Existen múltiples plantillas en Internet para elaborar horarios y menús con el fin de facilitarnos la tarea.
Comidas
1. Legumbres: 2 veces a la semana. Ejemplo: lentejas, alubias, garbanzos…
2. Carnes: 2 a 3 veces a la semana. Variar entre carnes de aves y rojas o blancas.
3. Pescado: 4 veces a la semana. 2 veces azul y otras 2 blanco.
4. Verduras y frutas: 5 piezas al día.
5. Arroz y pasta: 4 veces a la semana.
En general, establecer un menú semanal, aunque pueda parecer algo engorroso, puede convertirse en todo un reto y una verdadera ayuda para planificarnos y poder llevar una vida sana y plena.